En la semana 7 de embarazo se le empiezan a diferenciar sus manos y sus pies. En este momento son más parecidos a los de un pato que a los de un ser humano ya que los dedos están unidos entre sí por unas membranas. Su carita ya va tomando forma: tiene párpados, los ojos van cogiendo color y poco a poco empieza a sobresalir su nariz.
La piel es muy fina, dejando ver a través de ella la venas. Su cuerpo parece que acaba en una colita pero ésta es el último huesito de la columna vertebral. Esta colita desaparecerá en un par de semanas.
Su cerebro se está desarrollando y en el se van formando los dos hemisferios. Hasta que se desarrolle la médula espinal el hígado será el encargado de producir glóbulos rojos. Ya tiene apéndice y páncreas; más adelante generará la hormona insulina, interviniendo en el proceso de digestión.
En esta semana el embrión mide entre 8 y 10 milímetros y pesa alrededor de 0,8 gramos.
Cambios en la madre en la séptima semana de embarazo
En el cuello del útero se forma el tapón mucoso, el cual sella al útero para salvaguardar al bebé de posibles infecciones, bacterias, virus y cualquier otro tipo de agente externo que podría llegar a afectarle a través de la apertura al exterior de la vagina.
Uno de los síntomas más molesto y más común (75% de la s embarazadas lo padecen) en estas semanas son las náuseas. Pueden venir acompañadas de vómitos o no. Normalmente pasado el primer trimestre desaparecen poco a poco y se nota una gran mejoría que las madres afectadas agradecen.
