En la semana 19 de embarazo el bebé mide unos 15cm. y pesa alrededor de 250 gramos. Su pequeño cuerpecito está cada vez más proporcionado; sus brazos, piernas y cabeza tienen un tamaño acorde con el resto del cuerpo.
A partir de este momento, empezará a crecerle pelito en la cabeza, aunque el ritmo no es siempre el mismo, por lo que unos bebés nacerán con más pelo y otros con menos.
Si el bebé es una niña, sus diminutos ovarios, ya formados en las semanas anteriores, contendrán unos huevitos primitivos que se convertirán posteriormente en los óvulos.
En la descripción de la semana anterior comentábamos el desarrollo del oído, y en esta semana seguirá evolucionando, pudiendo escuchar ya más claramente los sonidos de la madre a través del líquido amniótico y por supuesto la voz de su mamá, diferenciándola de la de otras personas.
Es un buen momento para empezar a comunicarse con el bebé a través de la música, canciones, caricias, y sobre todo la voz de sus papás. Seguro que al futuro papá le hace mucha ilusión y se siente más partícipe. Estos sonidos despiertan en el bebé sensaciones placenteras estimulando las neuronas y subiendo la frecuencia cardiaca.
Por debajo de los dientes de leche, formados ya anteriormente, se comienzan a desarrollar lo que serán los futuros dientes definitivos.
La piel del bebé se recubrirá de una sustancia untuosa llamada barniz caseoso, éste se mantendrá adherida la piel del bebé gracias al lanugo y la protegerá de una posible deshidratación y de los efectos irritantes del líquido amniótico
Cambios en la madre en la semana 19 de embarazo
Alrededor de esta semana la futura madre notará cambios en el tono de algunas partes de la piel, los pezones se oscurecen para que el bebé los pueda distinguir bien y se realice correctamente la toma cuando empiece a mamar. También aparece la conocida línea alba entre el ombligo y el pubis debido al aumento de progesterona y estrógenos que estimulan la producción de melanina, lo que provoca que la piel se oscurezca en algunas zonas como son esta línea alba, los ya mencionados pezones y algunas zonas de la cara como la frente y los pómulos. Estas “manchas” desaparecerán después del embarazo.
Por norma general el malestar del primer trimestre ya se ha dejado atrás, aunque alguna embarazada puede seguir padeciendo alguna que otra molestias como las náuseas.
Los movimientos del bebé pasan de ser leves sensaciones a claramente notar como se mueve dentro del útero. De vez en cuando la madre notará ciertos sobresaltos consecutivos, algunas mujeres los reconocen fácilmente y para otras pasarán casi desapercibidos; el bebé tiene hipo, está fortaleciendo y practicando la respiración.
Tanto las matronas como los ginecólogos insisten mucho en controlar el peso de las mamás, ya que un excesivo aumento de peso puede acarrear problemas tanto para la madre como para el bebé en el resto del embarazo pero también en el parto.
A partir de ahora se calcula que el aumento de peso sea de unos 200 a 300 gramos a la semana.