Llegamos a la semana 23 de embarazo, día a día los movimientos del bebé dentro del útero son más intensos, hasta tal punto que te será fácil reconocer cuando tiene hipo, el hipo sirve como ejercicio de respiración. Es muy habitual que los recién nacidos tengan mucho hipo en las primeras semanas de vida.
Ejercita el aparato digestivo ingiriendo el líquido amniótico de la placenta.
En esta semana el bebé casi mide 30 cm y supera el medio kilo, seguirá cogiendo más y más peso todas las semanas, acumulando capas de grasa que le ayudarán a regular su temperatura corporal.
Estas capas de grasa hacen que se produzca un cambio en la piel, dejando de ser traslúcida para que poco a poco sea más rojiza y arrugada.
Sigue desarrollando sus sentidos, hace unas semanas que oye ruidos y sonidos internos y externos, reconocerá la voz de su madre y reaccionará a los estímulos luminosos provinientes del exterior.
En la semana anterior comentábamos que podía tener cambios en su estado de ánimo, ahora puede verse afectado por el de su madre, es por ello que se recomienda a la futura mamá llevar una vida relajada.
Los ojos ya están formados por completo, por el momento aún no tienen un color definido, quizás haya que esperar a los seis meses o incluso hasta el año después del nacimiento.
Cambios en la madre en la semana 23 de embarazo
En líneas generales es una semana bastante tranquila para la futura mamá, aunque hay algunas molestias, que aunque a simple vista parecen leves, pueden dar un poco la lata.
Un 30% de las mujeres embarazadas sufren dolores de espalda o ciática. Estos dolores son provocados por una rotación de la curvatura de la columna, afectando a la espalda y a las caderas.
Otra de las molestias frecuentes en este trimestre es el estreñimiento que en muchas ocasiones provocan hemorroides. Las hormonas son las causantes de estas molestias ya que ralentizan el movimiento intestinal y elevan la presión en los vasos sanguíneos.
