Al finalizar la semana 36 si la mamá diese a luz, ya no se consideraría un bebé prematuro. En la semana 37 el bebé llega a término, esto quiere decir que si nace entre la semana 37 y la 42 es un bebé a término mientras que si lo hace antes de la semana 37 es prematuro y puede que necesite de otros cuidados.
La vérnix caseosa junto con el lanugo se empieza a separar del bebé, se quedan flotando en el líquido amniótico hasta que el bebé lo trague.
El conjunto de estas sustancias constituyen el meconio, éste es la primera deposición del bebé al nacer, una mezcla viscosa de color negruzco que reúne todos los desechos que el bebé ha ido acumulando.
En esta semana el bebé pesa unos 2,7 kilos y mide unos 47,5 centímetros aproximadamente.
A estas alturas del embarazo el bebé ya debería de estar en posición cefálica, si no es así, seguramente tu doctora te realizará una maniobra para girar al bebé cabeza abajo, ya que esta posición es la idónea para el parto.
Dicha maniobra se llama VCE; versión cefálica externa y consiste en presionar el abdomen de la embarazada manipulando el bebé para colocarlo en posición cefálica.
Esta maniobra no se puede realizara cualquier embarazada, depende de varios factores y tu doctora será quien lo valore.
Cambios en la madre en la semana 36 de embarazo
En esta semana continuarás con las mismas molestias de las semanas anteriores: dolor de espalda, presión en la pelvis, calambres en vagina, piernas hinchadas, contracciones de Braxton Hicks…
Es posible que si tu bebé ya está encajado, que la sensación de acidez disminuya. El bebé está más abajo y deja espacio para el estómago de forma que la digestión aunque lenta, ya no sea tan molesta.
Del mismo modo, tu respiración se irá normalizando, no sentirás tanta fatiga ni sensación de ahogo.
Por el resto, continuará igual. A partir de ahora cualquier cosa que notes diferente consúltalo con tu doctora.
Tu bebé puede nacer en cualquier momento, mantén la calma, todo irá bien.