En la segunda semana del embarazo se produce la ovulación, aunque dependiendo de cada mujer se podría producir en esta misma semana o en la siguiente (entre el 8º y 13º día del ciclo aproximadamente). El óvulo es liberado y posteriormente será fecundado por un espermatozoide creando así una nueva vida. En esta etapa se denomina cigoto, resultado del ADN de los dos progenitores y resultando un ser humano único genéticamente.
Pocas horas después de la fecundación, el cigoto comienza un proceso de división celular para convertirse en un embrión que pasados entre el cuarto y séptimo día después de la fecundación se implantará en el útero.
Una vez producida la implantación del embrión en el útero desaparecerá la menstruación ya que se activa en nuestro organismo unas señales químicas que la evitan. En algunos casos se da un sangrado conocido como sangrado por implantación, éste es debido a la erosión del tejido endometrial en el momento de la implantación del embrión en el útero.
Cambios en la madre en la segunda semana de embarazo
Al igual que en la semana anterior, pocos son los cambios que notan las mujeres en este momento del embarazo. Sin embargo, se desencadena una alteración hormonal significativa, provocando un aumento de los niveles de estrógeno, estimulando así el útero para su preparación de cara al embarazo.
Pasarán algunos días más hasta que la futura madre muestre y relacione los sintoamas que presenta con su embarazo.